Se hizo velocidad, luz repentina.
Tomó las lentitudes del otoño. \ Trabajó en las guaridas invisibles. \
Durmió en las sábanas del ventisquero. \ Igualó la conducta de las flechas. \
Bebió la sangre agreste en los caminos. \ Arrebató el tesoro de las olas. \ Se
hizo amenaza como un dios sombrío. \ Comió en cada cocina de su pueblo. \
Aprendió el alfabeto del relámpago. \ Olfateó las cenizas esparcidas. \
Envolvió el corazón con pieles negras. \ Descifró el espiral hilo del humo. \
Se construyó de fibras taciturnas. \ Se aceitó como el alma de la oliva. \ Se
hizo cristal de transparencia dura.
Estudió para viento huracanado. \ Se combatió hasta apagar la sangre.
Sólo entonces fue digno de su pueblo.
tEXTO: 'Educación del cacique' \ Pablo Neruda.
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