DE KUMAON’
Jim Corbett, Oscar Díaz, Aurelia Ramirez
«A aquellos de mis lectores que gusten perseguir cebadas a
pie les será útil saber que las aves y demás pobladores de la selva, junto con
los vientos, tienen importante papel en este tipo de cacería. No es éste lugar
apropiado para dar los nombres de los moradores de la selva, de cuyos gritos de
alerta depende el cazador, en gran parte, para su preservación y el
conocimiento de los movimientos de su presa, pues en un país en que una
ascensión o descenso por la montaña de cinco a siete kilómetros, puede significar
una diferencia de altitud de otros tantos centenares de metros, la variación de
la fauna, en una zona bien provista, es considerable.
Cuando uno de estos felinos llega a aficionarse a la carne
humana, ataca al hombre como a los animales; esto es; se les aproxima contra el
viento o bien los espera al acecho a favor del viento.
La importancia que esto reviste se pone de manifiesto si se
comprende que mientras el cazador anda en busca del tigre, éste está con toda
probabilidad tratando de acechar al cazador. La competencia sería muy desigual
a causa del color, la estatura y la facilidad del animal para moverse sin
producir el menor ruido, a no ser por el factor viento, que favorece al
cazador.
En todos los casos, sea que la haya perseguido, sea que la
ataque de improviso desde un escondite, el tigre se aproxima a su victima por
detrás. Por lo tanto, sería una acción suicida la del cazador que se internara
en la selva donde tiene todas las razones del mundo para creer que se halla
emboscada una fiera cebada, a menos que sea capaz de sacar buen partido de las
corrientes de aire. Por ejemplo, suponiendo que el cazador se vea obligado a
avanzar, debido a la naturaleza del terreno, en la dirección desde donde sopla
el viento, dejaría el peligro a sus espaldas hallándose en las más desventajosas
condiciones para defenderse. Pero aun andando contra el viento, puede uno, si
tiene cuidado de dirigirse alternativamente a derecha y a izquierda, ir
trasladando el peligro de uno a otro lado. En teoría el procedimiento no
convence mucho, pero en la práctica da buenos resultados, y, exceptuando el
caminar de espaldas, no conozco, en tales casos, otro más seguro para andar
contra el viento en medio de la espesura de los bosques donde el felino cebado
y hambriento espía a su presa. »
cITA :Colección dirigida por Adolfo Colombres \\ Diseño
gráfico: Oscar Díaz \\Titulo original: Men eaters of Kumaon \\Ilustración de tapa:
Henri Rousseau, En la selva tropical: Lucha entre un tigre y un toro, 1908-9
(Detalle)
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