Vuelos de alta precisión

«Cada uno de nosotros es en verdad una idea de la Gran Gaviota, una idea ilimitada de la libertad —diría Juan por las tardes, en la playa—, y el vuelo de alta precisión es un paso hacia la expresión de nuestra verdadera naturaleza. Tenemos que rechazar todo lo que nos limite. Esta es la causa de todas estas prácticas a alta y baja velocidad, de estas acrobacias...»

Cerraba los ojos y no conseguía dormir. En lo hondo de mi pensamiento solo encontraba oscuridad. De vez en cuando creía estar en un acantilado, desde el cual se divisa un horizonte de paz. Hacia mí vuelan unas gaviotas blancas, disipándose al llegar hasta mí. Luego la veo a ella, el pelo ocre ondea al viento, en un frénesi sin igual. No sabe que yo la observo, y tampoco debo acercarme. Ella comprende que para seguir luchando hay que estar en plenas facultades, y yo también lo se. Es por eso que no me acerco.
Cerraba los ojos y solo encontraba oscuridad, miraba en el fondo de mi alma y veía un pozo que no tiene fin, en el borde, puedo ver la punta de mis pies descalzos. Y entonces me dejo caer, siento el aire deslizarse por mi cuerpo, cabeza abajo voy cayendo, llevo los brazos en cruz.
Cerraba los ojos y no conseguía dormir. Al borde del acantilado llego, y ella se ha ido, las gaviotas se suspenden en las corrientes de aire oteando el ancho mar. Abro los brazos, me dejo llevar hasta los confines del mar.
Cierro los ojos y solo encuentro oscuridad. Llevo meses cayendo, un puntito rojo se observa a lo lejos, y conforme caigo aumenta en intensidad. El punto rojo me alcanza de lleno, cuando al fin logro dormir.

cITA: Juan Salvador Gaviota \ Richard Bach tEXTO: D