
Pero era todavía tan niña que temió espantar a la clientela, así que decidió tomar esteroides para parecer mayor. Las hormonas montaron una fiesta en su cuerpo adolescente y le hicieron engordar muchos kilos de golpe.
Ahora tiene 20 años, el pelo naranja y la cara hinchada, y se ha quedado profundamente dormida. Un reportero de Bangladesh atrapó su imagen y Unicef la acaba de escoger como una de las mejores fotografías del año 2010.
Yasmín, probablemente, ni siquiera lo sepa. A estas horas, seguirá alquilando su cuerpo deformado por cuatro monedas y maldiciendo el día en que, como algunos avispados deportistas, decidió tomar esteroides.
tEXTO: Pío García \\\ fOTOGRAFÍA: GMB AKASH – PANOS \\\ fUENTE: Vivir domingo, IDEAL, 19\12\2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario