Uno de trescientos

su risa pareció tronar en toda la sala. ¿Oyes lo que te digo? Que de la misma manera en que las personas del pasado viven en ti, como una prolongación de tu ser, lo mismo ha de pasarle a ellas, y por mucho que hayas hecho en su contra, por mucho que reúnan no suman el suficiente odio contra ti. Pero alguien como tú, al que la vida ha bendecido con una suerte singular, y ya que eres un privilegiado, uno entre 300, alguien que ha recorrido el camino de las mil y una noches, que ha sido instruido por las mejores mentes, conocido las artes que son indispensables en la vida no debe permitirse el recurso de la oscuridad tan fácilmente. Bien sabes tú, mi querido, que mucha ha sido la luz invertida en ti durante los años que transcurren desde tu nacimiento a la juventud; y aunque la vida no siempre ha sido amable contigo, que te va quitando más de lo que te da, que cuando as ascendido lo suficiente de nuevo te ves de bruces en el suelo, salpicado de la horrible realidad que te rodea y a punto de ahogarte en su mortal abrazo; pero, ¿acaso crees que esto es algo particular de ti?; ¿acaso las caídas no son para la gente que ha aprendido a mantenerse de pie, incluso alzar el vuelo?. Debes resarcirte ahora contigo mismo, sentir algo de amor por ti mismo. Olvida que la belleza se te escapa como la arena de la mano, ya que este sentimiento de perdida te lacera como la sílice. También tú eres el anhelo de alguien, el deseo que se escapa de sus dedos, el fuego en el que se quema. Pero debes aprender a mirar desde una nueva perspectiva, a sentir de una forma más armónica y saludable, no vale solo con abrir los ojos y permitir que la luz entre en ellos, y devolver una imagen idealizada de lo que ves. En cierta forma debes permitir que todo cobre el sentido que le corresponde. No puedes pretender que los pájaros vuelen y trinen sobre tu hombro, y tampoco puedes, dado que no lo hacen, convertirlos en seres ignominiosos.

¿Ves lo que te traigo?, el anillo que tanto amas y que suponías perdido, el anillo de cinco hendiduras que encaja justo en tu dedo. Bien sé que has movido tierra y mar en su busca, barrido bajo el ropero y la estantería. Pero ahora yo te lo devuelvo porque me has caído en gracia y porque no es el momento aún de que te separes de él. Llegará el momento en el que tu mismo decidas dejar de ponértelo, ya lo harás a su debido tiempo, cuando ya no le encuentres sentido, pero ahora haces bien en lucirlo en tu dedo. Es el símbolo de tu esperanza, el sí pudimos de tu ayer, porque volverá a ti una nueva oportunidad, una nueva fe, y esta vez no debes desaprovecharla, debes de empezar a creer en ti.

Y su gesto se tornó sereno. Por la ventana entraba una luz tenue, dándole un aspecto juvenil, aunque era una juventud muy extraña, como si mil vidas hubiesen sido vividas por ella; y yo las contemplase a todas juntas a través de sus ojos. Me alargó el anillo que yo había perdido, y como ella decía, buscado bajo el ropero, la cama y la estantería. Había vaciado todos los bolsillos de todas las chaquetas que había en la habitación, de todos los pantalones y todas las sudaderas. Y helo aquí el anillo, otra vez de vuelta en mi dedo. El anillo de cinco hendiduras otra vez volvía a brillar y a confiarme su poder. Solo que ahora parecía más pequeño y apagado, pues ya no cabía en mi dedo corazón sino en el anular.

Ensimismado estaba de gozo, mi corazón rebosaba de alegría y fui a compartirlo con ella, a mostrarle mi gratitud. Y cuando me giré en su busca me encontré otra vez sólo. La habitación quedó vacía, las cortinas en movimiento y la hoja de la ventana abierta. Sin pensarlo, rápido como un rayo me lancé por la ventana a la calle, y aterricé como un gato en el suelo. No habéis visto a nadie correr a nadie más deprisa que yo. Corrí como sólo lo hacen los locos cuando saben lo que han de encontrar, aunque sólo ellos sepan lo que es, y es por ello que nadie les puede alcanzar, ni atrapar, ni encerrar.

TEXTO: D

2 comentarios:

  1. ... me gusto mucho lo que escribiste, se puede entender de maneras muy diferentes, por eso lo leí mas de una vez...

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  2. Muchas gracias. Me alegra tu comentario, porque no siempre existe feedback.

    Un saludo.

    ;d

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