Lecciones de poder según Roark

“eL PODER NO RESIDE EN UNA PLACA O UNA PISTOLA. EL PODER CONSISTE EN MENTIR, Y MENTIR A LO GRANDE, Y CONSEGUIR QUE TODO EL MALDITO MUNDO ESTE DE ACUERDO CONTIGO. UNA VEZ ESTÁN DE ACUERDO CON LO QUE EN EL FONDO SABEN QUE NO ES VERDAD, LOS TIENES ATRAPADOS. ERES SU JEFE. PUEDES DARLE LA VUELTA A SUS IDEAS, Y TE APLAUDIRÁN. PUEDES CONVERTIR EN SANTO A UN CHALADO COMO MI TODOPODEROSO HERMANO. PUEDES MATAR A TU MUJER COMO YO, GOLPEÁNDOLA CON UN BATE DE BÉISBOL, INCLUSO DEJANDO LAS HUELLAS EN ÉL, Y UNA DOCENA DE TESTIGOS JURARÁ SOBRE UN MONTÓN DE BIBLIAS QUE ESTABAS A MIL KILÓMETROS DE DISTANCIA.” \Senador Roark

"a VECES LA VERDAD NO IMPORTA COMO DEBIERA. PERO SIEMPRE DEBES DECIRLA." \Hartigan
Hola agente. No tengo que presentarme, ¿verdad? No, creo que no. Eres un buen ciudadano, un ciudadano responsable. Te informas. Lees los periódicos. Has visto mi foto.
Es un año de elecciones. Mi foto está en todas partes. Sabes quién soy. Sabes lo que puedo hacer. Y voy a hacértelo, Hartigan. Fríamente. Voy a hacértelo.
Ooooh. Conozco esa clase de mirada. Como la de un gato subido a un árbol. Como la de un estúpido legislador novato dispuesto a salvar el mundo recibiendo su primera lección de como funcionan realmente las cosas. Si, conozco esa mirada. Diablos, vivo por esa mirada. La he visto mil veces y nunca me canso. Sabes que estás jodido, ¿eh? Vamos, admítelo. Estás ahí tumbado, deseando haber muerto en aquel muelle, ¿verdad, maldito poli?
¡Maldito poli! ¡Pies planos de mierda! ¡Estás jodido! ¡Y no sabes, no tienes ni idea de cuan jodido estás! ¡Estás en el tren del infierno, Hartigan! ¡Y soy el hijo de puta que te ha metido en él!
Y si tuvieras un mínimo de seso, sabrías que esta es tu última oportunidad de lloriquear como un bebé y empezar a suplicarme piedad. No estoy diciendo que te la conceda, pero siempre puedes intentarlo, ¿no? ¡Estoy esperando poli! ¡Mi tiempo es valioso, y estoy aquí, esperando!
... Oh, eres un tipo duro. Un tipo duro de verdad. Fuerte y silencioso. ¡Eres un grano en el culo, Hartigan! ¡Y te has interpuesto en el camino de tus superiores! ¡Demasiado estúpido para captar una indirecta y olvidarte de mi chico! ¡Ni siquiera la captaste cuando volé tu coche! ¡Tenía que haberte matado! Era arriesgado matar a un poli con el expediente tan limpio como el tuyo... ¡Pero no habrías sido el primero, ni mucho menos! ¡Créeme!
¡Iba a liquidarte! y entonces me enteré de lo de tu corazón, de tu retiro forzoso. Casi organicé una fiesta. ¡Ibas a marcharte! ¡Ibas a desaparecer de la foto!
¡Pero no! ¡No podías rendirte! ¡Fuiste detrás de mi chico! ¡Le volaste el brazo! ¡Incluso le volaste los huevos y el pito! ¡Ahora está en coma! ¡Dicen que quizá nunca vuelva en sí! ¡Mi chico hubiera podido ser el primer Roark en llegar a presidente de los estados unidos...¡y tú vas y lo conviertes en un tarado descerebrado y eunuco! ¿Te sentiste bien apretando el gatillo? ¿Te sentiste poderoso?
¡Déjame decirte un par de cosas acerca del poder!
El poder no reside en una placa o una pistola. El poder consiste en mentir, y mentir a lo grande, y conseguir que todo el maldito mundo este de acuerdo contigo. Una vez están de acuerdo con lo que en el fondo saben que no es verdad, los tienes atrapados. Eres su jefe. Puedes darle la vuelta a sus ideas, y te aplaudirán. Puedes convertir en santo a un chalado como mi todopoderoso hermano. Puedes matar a tu mujer como yo, golpeándola con un bate de béisbol, incluso dejando las huellas en él, y una docena de testigos jurará sobre un montón de biblias que estabas a mil kilómetros de distancia.
¿Cuántas personas hay en este hospital? Quinientas, todas se enterarían si vaciase el cargador sobre ti. Y podría salir riendo, fumándome un puro. Ni siquiera me arrestarían, ni siquiera me interrogarían. No tendría que decir ni una palabra. ¡Lo taparían todo por mí sin que tuviera que pedírselo!
¡Mentiras! Todos mentirían por mí. Todos ellos. Tendrían que hacerlo. ¡Si no, sus propias mentiras, todo lo que mantiene a Sin City se derrumbaría como un castillo de naipes.
Me es casi imposible resistir la tentación de volarte las pelotas. Y no tengo porqué contenerme. Si, voy a volarte las pelotas. Si. Así no seguirás tan jodidamente callado. Gritarás hasta enronquecer. Oh, si. ¡Ahí voy, poli! ¡Como tú le  hiciste a mi chico!
Ja ja ja ja...
Era otra mentira. El que iba a volarte las pelotas. No voy a dispararte. No. Te quiero firme, y entero, y sano.
Incluso voy a gastar mi propio dinero para que te operen, para que te arreglen el corazón. Vas a vivir mucho tiempo. Me aseguraré de eso.
Vas a ser acusado de violar a esa mocosa y de disparar contra mi hijo. Vas a pasar el resto de tu vida en la cárcel. Deshonrando, destruido, solo.
Solo. Sin amigos, sin esperanza. ¿Tu esposa? Olvídala. Dile la verdad y la mataré.
¡Dile la verdad a alguien, quien sea, y le mataré!

tEXTO: el texto es una transcripción extraída de la colección Frank Miller’s Sin City, ‘Ese cobarde bastardo’. La iLUSTRACIÓN pertenece a esta misma colección.

1 comentario: