No te rindas “Dorothy”

Apenas duerme. Se levanta temprano y se acuesta muy tarde, salvando las breves cabezadas que da en el sillón frente a la televisión y con la estufa de la mesa camilla encendida. Luego cuando llega el amanecer sale muy temprano, ordena mentalmente las cosas que le quedan por hacer y da alguna que otra orden, luego sale diciendo hasta luego y un leve portazo tras de si.
El ascensor la transporta hasta la planta baja del edificio, se pueden oir los engranajes y detectar en que piso se encuentra en cada momento, afuera puede estar lloviendo fuertemente como hoy, o soplar viento; pero casi nunca estos cambios meteorológicos han podido influir en su determinación.
El tiempo se escapa despacito hasta las tres de la tarde cuando vuelve, y el perro recibe este momento entre aullidos y dando pequeños saltos de alegría, mientras el ascensor sube y la puerta de casa se abre, casi nunca se equivoca en su pronóstico.
Nos hemos acostumbrado a comer tarde, cuando ya el noticiero lleva un rato enlazando malas noticias y se aproximan los deportes. Es a esto a lo único que le presto cierta atención, porque me resulta atractiva la presentadora (guardenme el secreto que les confío lo mejor que puedan ^_~), aunque lo disimulo bien comentando algo intrascendente acerca de la jornada de fútbol, y casi siempre espero hasta que termina, momento culmen en el que me levanto y recojo lo que haya en la mesa.
Más tarde llega la ya mencionada siestecita, intercalada con la novelilla que lastimosamente se pierde entre cabezada y cabezada. Por suerte para ella son ese tipo de novelas que le dan vueltas y vueltas a un asunto sin llegar nunca a ningún lado, y no avanzan ni a tiros, aún así le da coraje perder el hilo.
Cuando ha despertado de su letargo, se dispone a repasar los apuntes y a mirar el correo en el portátil que ha aprendido a utilizar a duras penas. Casi siempre termina peleándose con el ordenador; es verdad y hay que reconocerlo: porque se le resiste un poco esto de las nuevas tecnologías y las redes sociales.
Luego prepara la cena y musita entre dientes los preparativos para la comida del día siguiente. Dice que hay que ver lo que cuesta "llevar una casa adelante, preparando las comidas de la semana y lo poco que duran éstas en el plato".
Y así sucesivamente van concatenándose los días, estirándolos a su voluntad, arrebatándole minutos al reloj; porque ella apenas duerme.

tEXTO: D \ iLUSTRACIÓN: forges \ El enlace musical de esta entrada se titula 'Somewhere over the rainbow' de Judy Garland.