
El sujeto apestaba y alrededor suyo revoloteaban tres moscas atraidas por el mal olor que impregnaba toda aquella persona.
Al verlo sentado en una mesa, comiendo, dos habitantes del pueblo, empezaron a hablar sobre aquel personaje, preguntándose a quien habría robado aquellos aceros, a tacharlo de ladrón y de pordiosero, cuando en un momento dado y sin mediar palabra, el vagabundo alzó sus palillos en tres suaves y ágiles movimientos, haciendo caer las tres moscas sobre la mesa, después de haberlas atrapado con los mismos.
Los pueblerinos huyeron de la taberna despavoridos, pues ese era Miyamoto Musashi.”
iMAGEN: Miyamoto Musashi matando un Nue gigante
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