Actos oníricos subversivos (3/ )

ra un dragón que se debatía con la muerte en el agua. Sobré él había algunos hombres dándole caza, sangraba por sus muchos tentáculos cortados, ya no le quedaba gran fuerza. Un héroe con traje acorazado y encima de su nuca le apuñalaba con su espada en la boca cada vez que éste la abría, así dos y tres veces.
Sentí el dolor de ese ser dentro de mi, lástima por el ensañamiento contra él, en verdad creí saber que aquel monstruo formidable guardaba un último hálito de vida para arrastrar a todos aquellos héroes al fondo del mar, ¡así sea!
Luego llegaron los helicópteros, escuadrones de mosquitos con lucecitas en el morro, se movían con gran ligereza, disparaban y acertaban siempre en la diana, la gente corría a esconderse, en vano.
Era la mañana de un día improbable, temo decir a día de hoy, lo que el cielo era no era más que una proyección de azules y blancos sobre una superficie que intentaban simular nubes, por encima se podía descubrir los desconchones de la pintura sobre el muro, y anchas tuberías y canalones que bajaban por uno de sus vértices.

TEXTO: D

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