Estaba en un montículo, se movió un instante. Parecía una
piedra pero no era una piedra.
Las nubes eran grises, con las barrigas hinchadas
dispuestas a descargar en cualquier momento. Las ramas de los árboles eran
sacudidas por el viento. Una fina lluvia empezó a caer.
No era una piedra, no señor. Se movió un instante, subió
por la pendiente con parsimonia, se resguardó debajo del árbol.
La lluvia fina se convirtió en un telón de agua, apenas
se podía conducir. La música sonaba alto, el repiquetear de las gotas sobre el
cristal también.
Fue un solo instante que yo lo vi. No era una piedra pero
cualquiera diría que sí.
Inanimado, junto al tronco, se fundió con el paisaje de
nuevo hasta que desapareció en la lejanía.
FIN
TEXTO :D
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