Anecdotario poético: la habitación

Una habitación, del latín "habitare", es en arquitectura, un espacio distinguible mediante una estructura. Normalmente está separada de otros espacios interiores mediante pasillos y paredes; y del resto del mundo, mediante paredes exteriores. Se accede a ella mediante una puerta. En mi caso se trata de un cuarto amplio y luminoso, con una ventana enorme por la que se filtran los preciados rayos de sol llenándola de claridad, en frente y por todos lados estoy rodeado de edificios, abajo hay una pequeña plaza peatonal y los arriates y las jardineras están sembrados de naranjos y otras plantas. Sobre las ventanas no tengo puestas cortinas, lo que hay en su lugar es un estore enrollable de color oscuro, que casi siempre esta arriba, ahí enrollado observando la escena. El suelo es de terrazo, dice mi madre que es de los materiales más resistentes que existen, yo no tenía ni idea. Y en el centro hubo durante algún tiempo una alfombra de colores bajo la cama, aunque ya no recuerdo que fue de ella, supongo que no le echaba mucha cuenta y terminó yéndose con otro, o no se. El escritorio es chico, una mesa de dibujo en color blanco muy resistente y sin cajones. Sobre mi escritorio hay un ordenador portátil, un disco duro externo en color negro, una impresora (¡reciente adquisición!), libros, revistas, una lámpara de diseño —también negra— y algunos lápices. A la derecha del escritorio hay una estantería con algunos libros cogiendo polvo, y un sinnúmero de cachivaches, algunos obsoletos y sin uso, otros me sirven como recordatorio y anecdotario de tiempos pasados. El sillón es muy cómodo, más cómodo que la cómoda.
Como ya he dicho, en el centro del cuarto está mi cama, me viene a la mente esa frase que dice: “Solo el colchón conoce el peso de tus sueños”, y tan cierto que es aquello, me gusta esa frase. El cabecero es antiguo, también de diseño fino y en color caoba. Sobre la mesa de noche de color rojo vivo, al costado derecho de la cama, hay un robot que ha resistido a los envites del tiempo, lo tengo desde que era un crío.
En la habitación hay dos roperos, uno es para guardar la ropa en los cambios de temporada, me gusta este mueble en especial, creo que es muy antiguo, y siempre ha estado conmigo, su diseño es muy sobrio aunque elegante. Es quizás el mueble que tiene mayor impacto visual o personalidad, en los días de verano, cuando aquí se alcanzan temperaturas que sobrepasan con facilidad los cuarenta grados suele crujir, y con él toda la habitación, por eso es que creo que es el que tiene más valor de todos los elementos de la habitación.
Luego está el otro armario, este es enorme y cubre por completo una de las paredes. No es tan estilizado como el otro, pero cumple bien la función que tiene asignada, lo compró mi madre cuando yo era chico. Cabe decir que cuando él llegó, para que él pudiera estar, yo me tuve que salir.
Por último me queda nombrar esa lámpara con forma de tulipán. Hasta hace bien poco estaba a la altura de la cabeza, demasiado baja, y te dabas golpes contra ella y se ponía a bailar como una loca, aun así nunca se llegado a romper.
Y ya está, no me queda nada más que añadir, el último elemento que me queda en el tintero soy yo mismo, pero esto merece un apartado especial. En otra ocasión tal vez…

aLGUNAS PALABRAS ASOCIADAS\\\
ENTRE LONDRES ABRIGOS ARMARIOS CAJONES CAMA CINCO DEBAJO DENTRO DERECHA DESDE ESTANTERÍA ESTUDIO GRANDE GUARDAR HASTA IMPRESORA IZQUIERDA LIBROS LUZ MESA MINI-CONDENA MUEBLES MÚSICA NOVENTA PARED PASILLO POSTALES PUERTA RADIADOR ROPA SUELO SÁBANAS TECHO TODOS TÍTULO VENTANA VÍDEO ZAPATOS COLORES ACOGEDORA CORCHO CHINCHETAS ALTAVOZ

tEXTO Y FOTOGRAFÍA: D.

No hay comentarios:

Publicar un comentario