No me pregunten como he llegado hasta aquí, ni porqué. Ni cual es mi forma de operar, a quienes considero mis amigos y a quienes mis enemigos, a donde se dirigen mis pasos que se confunden entre el barullo de la ciudad que duerme, ni cual es el camino a seguir, aún menos acerca de mi destino.
No me digan que les cogió desprevenidos, o que no lo vieron venir, que lo intuían pero casi siempre ciegos, no les era posible ver.
No me digan que no lo oyeron, o que no cogieron el teléfono porque sonó a horas intempestivas, no me digan que les despertó de sus dulces sueños y aún de sus pesadillas.
tEXTO: D
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